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¿Eres un ángel o eres un cabrón?

  • Foto del escritor: Pablo García del Busto
    Pablo García del Busto
  • 1 may
  • 1 Min. de lectura

—Muchas gracias, eres un ángel —me dijo la mujer, aliviada.


Volvíamos del despacho con mi hija cuando vimos a una mujer junto a su bicicleta volcada, las manos negras de grasa. Se le había salido la cadena y luchaba por ponerla de nuevo en su sitio. Imposible no detenerse a ayudar.


—Muchas gracias, eres un cabrón —me soltó el cliente, sonriendo.




Acababa de presentarles el análisis trimestral, el primero desde que me invitaron a sumarme a la organización como Interim Manager para aclarar sus finanzas. En cierto modo, a ellos también se les había salido la cadena… de la rentabilidad.


Por razones distintas, ambas personas expresaban un agradecimiento sincero. Porque detrás de una cadena fuera de sitio o de unos números que revelan verdades incómodas, suele esconderse una llegada tarde al trabajo o un plan estratégico que necesita revisarse.


Y claro, todos preferimos que esas cosas no ocurran. Pero si pasan, mejor detectarlas a tiempo… y no mirar hacia otro lado.

 
 
 

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